Tuesday, July 31, 2007

Turismo de gente: Gina


"We all want to be told stories, and we listen to them in the same way we did when we were young. We imagine the real story inside the words, and to do this we substitute ourselves for the person in the story, pretending that we can understand him because we understand ourselves. This is a deception. We exist for ourselves, perhaps, and at times we even have a glimmer of who we are, but in the end we can never be sure, and as our lives go on, we become more and more opaque to ourselves, more and more aware of our own incoherence. No one can cross the boundary into another--for the simple reason that no one can gain access to himself"
Paul Auster, The New York Trilogy

Es muy difícil cruzar la frontera que nos separa del otro, quien quiera que éste sea. Quizás sea una ilusión, pero hay momentos en los que después de pasar mucho tiempo con alguien haciendo sus cosas, con su gente, y en su ciudad, llegas a pensar que finalmente burlaste la burocracia emocional y sacaste visa para adentrarte en el otro. Vas acumulando detallitos—el tipo de comida que se le antoja, su pose clásica en la fotos, su estilo al manejar—y llegas a construir un modelo tan perfecto del otro que puedes hasta predecir su comportamiento. Sin embargo, estas visas son de turista, no de residente, y basta con una predicción fallida para revelar lo efímero y superficial de tu visita. Pero queda la memoria de ese viaje, y si es verdad que a veces aprendes mas de tu país al visitar el ajeno, no será posible que tratando de entender al otro se aprenda un poco de uno? La limitación de Auster entonces se convierte el elemento mas atractivo de este turismo de gente. Y es precisamente esto lo que me lleva a dibujar a Gina mil veces, tratando de captar la memoria de un viaje que ya se volvió rutina.

Monday, July 30, 2007

la primera resaca

HERALDOS NEGROS

Hay golpes en la vida, tan fuertes ... ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma... ¡Yo no sé!

Son pocos; pero son... Abren zanjas obscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán talvez los potros de bárbaros atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las caídas hondas de los Cristos del alma,
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre... Pobre... ¡pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!

César Vallejo



Es verdad que hay golpes muy fuertes que te dejan marcado largo tiempo despues de que hayan ocurrido. Pero es verdad tambien que hay golpes mas cotidianos--menos fuertes, no necesariamente malos--que te dejan con la sensacion de tener el alma pesada como la arena despues de un dia de mar movido, o como la barriga despues de una noche de juerga. Las resacas (tantos las del mar como las del higado) son un revivir al reves, un absorber lo que acaba ocurrir, un proceso de digestion necesario para que venga la proxima ola o la siguiente salida del fin de semana. De eso trata este blog; de esos momentos o cosas o gente que me han chocado o me han emocionado tanto que es necesario procesar todo un poco para seguir adelante. Empiezo hoy este blog un poco por copiana, un poco tambien por novelera, pero mayormente porque no hay mejor forma de pasar la resaca que comentando la noche anterior con los amigos. Espero que les guste.